El billete de polímero fue desarrollado por el Banco Central de Reserva de Australia (RBA), la Organización para la Investigación Científica e Industrial (CSIRO) y la Universidad de Melbourne y fue emitido por primera vez en Australia en 1988. Estos billetes están fabricados con un polímero de polipropileno biaxialmente orientado (BOPP), que aporta un gran avance en términos de conservación y durabilidad del billete. Los billetes de polímero también incorporan muchas medidas de seguridad que no están disponibles en los tradicionales billetes de papel de algodón, haciendo que su falsificación  sea mucho más complicada.

Existen tres tipos de billetes plásticos fabricados en polímero, en la actualidad se utilizan los denominados como Guardián y los Híbridos

*El primer tipo, GUADIAN,  consiste en un billete de polímero al completo, con ventanas transparentes y otras medidas de seguridad típicas de este tipo de billetes

* El segundo, HÍBRIDO, tipo responde a un billete tradicional de papel que ha sido perforado con un hueco en forma de ventana al que se le aplica una tira de material polimérico, es decir, logra combinar las medidas de seguridad típicas de un billete de papel de algodón con los actuales de polímero.* El tercer tipo, En los años 1980 se emitieron algunos billetes de polímero de un tipo denominado Tyvek, pero este tipo de billetes no logró implantarse con satisfacción, y los tres únicos países que adoptaron esta tecnología para su cono monetario, Costa Rica, Haití e Isla de Man, desmonetizaron dichos billetes al poco tiempo de su emisión.

Medidas de seguridad

Las medidas de seguridad tradicionales de un billete de papel también se pueden aplicar en el billete de polímero. Estas características incluyen la calcografía y tipografías de imprenta, las imágenes latentes, el cambio de color según la inclinación del billete, la microimpresión, y las imágenes de fondo. Los billetes de polímero pueden ser de diferentes colores en el anverso y en el reverso. Al igual que el de papel, los billetes de polímero pueden incorporar una  marca de agua. Algunas imágenes pueden ser creadas por la aplicación de una tinta ópticamente variable, lo que consigue un cambio de color según el ángulo de visión del billete. Los hilos de seguridad también se pueden incrustar en el billete de polímero, estos pueden ser magnéticos, fluorescentes, fosforescentes, microimpresos, etc. Al igual que el billete de papel, el de polímero puede ser impreso con relieves y zonas sensibles al tacto para su mejor identificación por personas con deficiencias ópticas.

Los billetes de polímero incluyen una medida de seguridad muy característica y que hasta 2006  no estaba disponible en los de papel, la ventana transparente. Esta ventana los hace fácilmente identificables y a su vez, prácticamente infalsificable

VENTAJAS

A primera vista, tienen muchas ventajas: duran mucho tiempo y no se ensucian tan rápido, una ventaja clave en países de clima caliente y bolsillos sudorosos.

«El clima tropical es un ambiente desafiante para los billetes, especialmente por la humedad y las temperaturas altas», dice el investigador de polímeros Stane Straus.

«Esto causa que los billetes de papel absorban la humedad y se ensucien y se gasten rápidamente. Los de polímero, en cambio, no absorben la humedad».

«Uno podría decir que los billetes de polímero les ganan a los de papel en términos de limpieza y durabilidad en todos los climas, pero esta ventaja particular se hace más evidente en climas tropicales».

Además de ser una opción más segura sobre el papel, los billetes hechos de BOPP tienen otros beneficios

  • Puede llevar tintas metaméricas
  • No se pueden reproducir por fotocopiado y escaneo
  • Duran significativamente más, resultando en un decremento en el impacto ambiental en producción y reemplazo
  • Tienen mayor resistencia al rasgado y a ser doblados
  • Mayor resistencia al manchado
  • Más difíciles de quemar
  • Resistentes al agua y detergentes, de hecho se pueden lavar y meter en la secadora sin problemas
  • Es igual de reciclable que el papel
  • todo esto gracias a un polímero tan simple como el polipropileno

 
Billetes de plástico: Una innovación que todavía no convence

Son más difíciles de doblar, y más resbalosos, lo que genera que sean más difíciles de contar a mano. Algunos países menos desarrollados pueden no tener la tecnología para reciclarlos y si se queman son contaminantes.

Además, los billetes de polímero son más costosos de producir a corto plazo, lo que es un inconveniente para los países en vías de desarrollo. Las ganancias de su durabilidad extra sólo llegan con el tiempo.

Otro factor es el conservadurismo de los bancos centrales.

«Los bancos centrales son instituciones conservadoras» «Las personas que toman la decisión de pasarse al polímero -parcial o completamente- toman riesgos personales.

Los bancos centrales que han optado por introducir billetes de polímero en la circulación lo han hecho motivados por resolver los problemas de duración (aumentar la vida útil) y seguridad (combatir la falsificación). Usualmente empezaron con la impresión de billetes conmemorativos para medir el grado de aceptación del público, así como para comprobar el reconocimiento de las medidas de seguridad incorporadas. Posteriormente, continuaron con el uso del sustrato de polímero en los billetes de las denominaciones más bajas por ser los de mayor frecuencia de circulación o rotación y por lo tanto de mayor desgaste. No obstante, hay casos –aunque pocos– en los que se optó por empezar a usar el polímero en los de denominación más alta. 

 Dentro de las principales desventajas encontramos su mayor costo (por su composición, proceso productivo, etc.) que se estima en el doble respecto al papel algodón, así como los problemas de manipulación y procesamiento, que podrían elevar inicialmente los costos del sistema financiero en cuanto al proceso de adaptación de cajeros automáticos, máquinas procesadoras, transporte y almacenaje. Otro factor a tomar en cuenta a la hora de decidir por el uso de este material es que el mercado de sustratos de alta durabilidad que hoy en día existe es bastante pequeño. Hay pocas empresas en el mundo que tienen esta tecnología y sólo una, la australiana Securency International PTY Ltd., otorga certificaciones de producción de polímeros

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  • El Banco Central de Canadá fue uno de los últimos en implementar el uso de polímero en sus billetes motivado también por darles una mayor seguridad. En este caso, no empezó por los de más baja denominación sino más bien por los de la denominación de 100 dólares canadienses en 2011.
  • En Oceanía, tenemos el caso de Nueva Zelandia, que en 1999 utilizó el polímero en el billete de cinco dólares neozelandeses, permitiendo generar ahorros debido a la mayor duración.
  • El Banco Central de Chile inició la transición del papel algodón al polímero en 2004 con la denominación de 2 000 pesos, que representaba el 8 por ciento del volumen total en circulación
  • En Centroamérica, Guatemala introdujo el billete de polímero en la denominación de un quetzal en 2007 
  •  El Banco Central de Nicaragua consideró que estos billetes durarán cuatro veces más que los antecesores de papel de algodón en las denominaciones más bajas (10 y 20 Córdobas) debido a que por su mayor circulación, se deterioraban rápidamente y su procesamiento se hacía cada vez más costoso. 
  • El Banco de Inglaterra anunció su uso en billetes de baja denominación a partir del año 2015; mientras que el Banco de Israel retomaría el papel algodón en sus billetes de 20 shéquels debido a la dificultad de procesar diferentes sustratos a la vez
  • El Banco Central de México fue el primer banco en Latinoamérica en interesarse por el uso de este material. En 1996, inició pruebas experimentales en la Fábrica de Billetes del Banco de México. En el año 2002, el banco realizó estudios para evaluar la introducción de este material en los billetes de 20 Y 100 pesos
  • Uruguay, optó por cambiar sus billetes tradicionales de papel por los de plástico en conmemoración de los 50 años de la creación del Banco Central de Uruguay (BCU). Los primeros que salieron a la luz fueron los de 50 pesos, resistentes al agua y más difíciles de falsificar.
  • Ya a principios de los 80 hubo algunos países centroamericanos (Costa Rica, Haití, Honduras y El Salvador) que hicieron pruebas con billetes mixtos que mezclaban papel y políro, cuya fabricación era estadounidense. Pero estos billetes no se empezaron a tomar en serio hasta que Australia comenzó a fabricar con polímero sus billetes de $10 en 1988.
  • Si se comparan los billetes de polímero con los de papel se tiene que el coste de emisión es algo mayor, pero a cambio los billetes duran unas 2,5 veces más, teniendo una vida útil de siete años. Esto se debe a que son más resistentes a la humedad ambiental; no creo que sea casualidad que muchos de los países que han adoptado los billetes de polímero sean países tropicales o muy húmedos. También son más resistentes a las altas y bajas temperaturas, a las manchas o al agua.
  • Pero no todo van a ser ventajas. Los billetes de polímero son mucho más rígidos y resbaladizos, lo que hace que su manejo sea más incómodo. Para que no sean tan rígidos, muchas veces hacen los billetes de polímero más pequeños que los de papel, lo cual también reduce el gasto de fabricación de los mismos. Otra desventaja clara es que el proceso de destrucción de los billetes se vuelve mucho más complejo
  •  La  destrucción de los billetes  para los países del primer mundo no es un grave problema porque aquí hay grandes plantas de reciclaje de plásticos, pero en países menos desarrollados puede suponer una desventaja importante. Tal es el caso de Nigeria, que está pensando en dejar de usar los billetes de polímero justamente por este motivo.
  •  En cuanto al coste de fabricación, para que nos hagamos una idea en los billetes americanos de pequeña denominación oscila entre los 5,4 y los 13,1 céntimos por unidad; y estamos hablando de un país con grandes emisiones que consigue reducir sus costes marginales al mínimo. Estas cantidades pueden parecer pequeñas, pero requieren un presupuesto de 826 millones de dólares para que Estados Unidos emita sus monedas y billetes. Es una cantidad más que suficiente como para que un Estado reflexione si es la manera más económicamente eficiente de fabricar billetes e intente reducir costes.

Cuando tengas un billete de polímero en tus manos, ya no estarás ante un desconocido, aquí te hemos ilustrado ampliamente para que tengas un contexto general y lo recibas o manipules bajo la gracia del saber.

cuéntanos, si ya has tenido contacto con esta nueva generación numismática

Y en nuestra próxima  entrega nos centraremos a definir

TASA REPRESENTATIVA Y TASA DE MERCADO