La situación actual de la economía chilena
Chile se encuentra en un proceso histórico, enfrentando preguntas centrales sobre gobernanza, su contrato social y modelo económico. A pesar del inmenso progreso económico y la reducción de la pobreza en las últimas décadas, el marco político existente ha sido insuficiente para seguir fomentando el crecimiento de la productividad y la diversificación económica, mejorar los resultados del mercado laboral y abordar en mayor profundidad su desigualdad.
Las protestas de 2019 y 2020 expusieron la vulnerabilidad del sistema socioeconómico, con manifestantes que demandaban un cambio en la dirección política y social del país. El estancamiento del crecimiento y de la productividad en la última década ha dado pie a preguntas sobre la sostenibilidad de la trayectoria de crecimiento del país y sobre el tipo de reformas que se necesitan. Lo más grave que está pasando es que una parte sustancial de nuestros problemas son autoinflingidos. Eso es alarmante”, recordaba el exministro de Hacienda del segundo Gobierno de Michelle Bachelet, el economista Rodrigo Valdés. La economía chilena, que en el pasado enfrentaba crisis sobre todo por los shocks externos, vive en esta ocasión sus propios terremotos internos y “se está pareciendo a países emergentes de alta volatilidad”, según Valdés. Cuando la crisis del coronavirus estalló en la región en marzo de 2020, Chile venía de las revueltas sociales de octubre de 2019. La crisis política y social derivó en un golpe a la economía, que luego tuvo que resistir un segundo remezón por la pandemia. En estos casi dos años, el Ejecutivo no ha logrado retomar el control y el Congreso —donde ya ni siquiera mandan los partidos— se ha embarcado en políticas públicas de debatible calidad.
En este contexto, la pandemia del COVID-19 ha hecho que la economía se desplome, al punto de ver la peor recesión en décadas. El PIB se contrajo en 6,0% en 2020, aunque un relajo de las medidas de confinamiento permitió una recuperación parcial hacia finales de ese año. Se perdieron más de un millón de empleos, lo que afectó mayoritariamente a las mujeres y a los trabajadores del comercio, la agricultura y hotelería, debilitando aún más a la frágil clase media. En conjunto con la contracción económica, el déficit fiscal aumentó a 7,5% del PIB en 2020, el más grande de las últimas tres décadas
La pandemia ya no es el riesgo mayor de la economía chilena, que en las últimas tres décadas ha sido de las más estables de la región. Economistas de diferentes sectores políticos concuerdan en que el problema está en una salida desordenada de la crisis, por el gran impacto de los consecutivos retiros de los fondos de pensiones sobre el sistema financiero
En el marco de la crisis de la covid-19, el Parlamento ha empujado tres retiros de fondos de pensiones que han permitido a las personas sacar en cada ocasión hasta el 10% de los ahorros para la vejez. Los parlamentarios tanto de la oposición como de la derecha buscaban darle un empujón a las familias en el marco de la crisis sanitaria, aunque parte de los congresistas –sobre todo de la oposición– tienen en el horizonte es el desfonde del sistema a Administradoras de Fondos Previsionales, (AFP’s), basado en la capitalización individual y pionero en el mundo, fuertemente deslegitimado ante la opinión pública por las bajas jubilaciones
La economía de Chile es la cuarta mayor economía de América Latina, en términos de producto interno bruto (PIB) nominal después de Brasil, México y Argentina y la quinta en cuanto al PIB a precios de paridad de poder adquisitivo (PIB PPA). Chile posee la segunda mayor renta per cápita de América Latina (USD 27,058 PIB per cápita PPA y USD 18,592 PIB per cápita a precios nominales)de países de ingresos altos según el Banco Mundial.
El peso (símbolo: $; ISO 4217: CLP)3 es la moneda de curso legal de Chile
Fue establecido en 1817, junto con la independencia del país, y en 1851 se estableció el sistema decimal en el peso, que quedó constituido por 100 centavos. Se mantuvo como la moneda de curso legal en Chile hasta el 31 de diciembre de 1959, cuando fue reemplazado por el escudo.5
Por medio del decreto ley 1123 de 1975, el peso fue retomado como unidad monetaria a partir del 29 de septiembre de dicho año, con una tasa de conversión de un peso por cada mil escudos. La subdivisión en centavos se mantuvo hasta el 1 de enero de 1984, cuando estos fueron eliminados, por lo que la contabilidad se empezó a llevar en pesos enteros.Históricamente, ha sido fabricado por la Casa de Moneda de Chile (1743) y regulado por el Banco Central de Chile (1925), encargado del control de la cantidad de dinero en circulación
El Billete Fiscal
La historia del billete chileno se remonta a mediados del siglo XIX, cuando un inmigrante español, llamado Antonio Arcos y Arjona quiso implantar en el país un sistema de comercio de valores, que no era otra cosa que un banco privado emisor de billetes. A este lo llamó «Banco de Chile de Arcos y Compañía», fundado en 1849. Pero poco tiempo después, éste debió cerrar debido al total rechazo de comerciantes y público en general.
Durante un breve período (1822 a 1829), en el gobierno de Ramón Freire, hubo billetes fiscales, los que cesaron por falta de éxito. La emisión fiscal de billetes fue decretada en 1879, año de la Guerra del Pacífico y perdura hasta nuestros días. A raíz de la especulación y en una etapa histórica inestable, el gobierno había decidido el año antes, 1878, declarar la inconvertibilidad de los billetes. Además, destinó la emisión de papel moneda exclusivamente al Fisco mediante Ley del 15 de Abril de 1879. Desde ese momento, los documentos llevan en su anverso la frase «República de Chile» y ya marca la etapa «adulta» del dinero Chileno.
Con respecto a las emisiones privadas, el gobierno las canceló el año 1898, dadas las diversas irregularidades que presentaron. Sin embargo, los billetes que a la fecha de la ley estaban impresos y/o en circulación fueron destinados al fisco con la marca «Emisión Fiscal».
Durante el Siglo XX, el billete chileno ha visto dos grandes reformas monetarias, adoptadas para paliar la inflación. La primera, del año 1960, designó como nueva unidad monetaria al «Escudo» (1 Escudo = 1.000 pesos). La segunda, data de 1975 y marcó la vuelta al «Peso» como moneda nacional (1 Peso = 1.000 Escudos).
Desde 1975 hasta ahora, el peso chileno es el que hoy utilizan diariamente. Las emisiones fiscales de billetes y monedas han mostrado su validez general en los países del mundo, sin señas de desaparecer. En este sentido, los aficionados numismáticos y cartonumismáticos pueden descansar tranquilos
El encanto de un País es proporcional a la magia de su historia, Chile no es ajeno a ello y como todos los países de América Latina, su cultura esconde huellas que le dan identidad propia.
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Y para nuestra próxima entrega nos quedamos en casa:
PEREIRA EJE DEL CAMBIO